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Ante la vergonzosa situación en que Mancino había dejado a la todopoderosa Roma, sólo quedó enviar a Numancia al más grande de los generales: Publio Cornelio Escipión Emiliano. Fue tan lamentable el estado en que encontró a sus tropas en la celtibería que cambió su capa púrpura por una negra, en señal de luto. Procedió a expulsar a comerciantes, agoreros y prostitutas de los campamentos, y sometió a sus tropas a muy duros e intensos entrenamientos. En lugar de presentar batalla como habían hecho sus predecesores, Escipión mandó construir un cerco fortificado e impenetrable alrededor de numancia, con sendos campamentos, torres y sistemas defensivos. Numancia estaba totalmente encerrada. Era el principio del fin.
Taza de cerámica blanca con acabado brillo con imagen sublimada. Resistente al microondas y al lavavajillas.
Peso | 0.325 g |
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Dimensiones | 12 × 8 × 9.5 cm |
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